Mal de escuela es la historia de una transformación de
cómo un alumno desastroso llega a ser un buen profesor y más adelante un escritor conocido mundialmente. El hecho de ser una autobiografía y que el escritor cuente todos
sus problemas hace que el libro sea mucho más entretenido y llevadero.
Si por algo destaca este libro es porque hace
reflexionar al lector, ya que deja la mayoría de temas en duda sobre cómo
actuar. Por esto, he decidido hacer una entrada para proponer una breve
reflexión sobre los temas que más me han llamado la atención.
El libro habla de uno de los temas más frecuentes en
la sociedad actual como es el fracaso escolar, y deja en duda quiénes son los
culpables de su existencia. En mi opinión la culpa del fracaso escolar no es
como muchos creen exclusivamente del alumno, sino que se debe atribuir a
diferentes factores; ya que los padres, los profesores, la política, la
sociedad en su conjunto y el propio sujeto deben asumir responsabilidades y
actuar en consecuencia para evitar que este fenómeno se dé con tanta frecuencia
(en España alrededor de un 30%).
Otro tema que trata especialmente el libro es la
labor del profesor, aunque en ningún momento Pennac indica cómo se debe actuar.
Pero tras haber leído el libro me he dado cuenta de que el profesor nunca debe
de dejar de lado a su alumno y siempre, lo merezca o no, deberá hacer todo lo
posible por ayudarlo. Detrás del alumno incapaz siempre hay alguien capaz,
ese alguien puede ser el profesor que debe actuar en cualquier momento para
encaminar a ese estudiante desorientado. Este tema se ha tratado a lo largo del
libro en diferentes ocasiones pero en la que más se invita a la reflexión es el
capítulo de Maximilien, que más tarde comentaré. Sin lugar a duda, a través de
este libro he aprendido que para que haya una buen desarrollo en la educación
es imprescindible la motivación y el apoyo constante por parte del educador, ya que hay alumnos que
necesitan una mayor atención que otros, sin olvidar que lo difícil y lo
admirable es conseguir que el alumno con dificultades consiga estar a la altura
del resto de la clase. Una frase del libro que representa a la perfección este
último tema tratado es: Una golondrina
aturdida es una golondrina que hay que reanimar; y punto final. Por tanto,
se deben refutar ese tipo de frases negativas que se oyen constantemente en cualquier
casa/escuela como son: “es que no valgo para estudiar”; “es un desastre, no
puedo ver derecho de él” “es que al niño no se le dan bien las
matemáticas”, etc. Una
vez dejadas de lado estas frases debemos tomar medidas inmediatas para que ese
niño deje de ser un “zoquete” y pueda llevar a cabo una metamorfosis similar
como la que sufrió Pennac.
Por último, no quería dejar de comentar que a través
de este libro he conseguido darme cuenta de que la cooperación entre la escuela
y la familia es imprescindible en la educación del niño. Además también he
podido extraer de la lectura que para educar a un niño es muy importante la
utilización de juegos, ya que el aprendizaje se hace mucho más ameno y hace que
el niño preste mucha más atención. Sé que no he nombrado muchas más ideas que
se tratan en el libro, pero a mí parecer estas son las más interesantes o al
menos las que más me han llamado la atención.
Por otro lado comentar cual ha sido el fragmento del
texto que más me ha gustado y por eso lo he trabajo con mayor profundidad para
posteriormente exponerlo en clase junto con dos compañeros más.
El relato que más me ha llamado la atención del
libro lleva por título “Maximilien o el culpable ideal” (Cap.5).
Tras leer este capítulo pude extraer una moraleja
muy sencilla que es la de que si quieres que los demás te respeten debes
empezar respetándoles tú a ellos. Pero reflexionando más profundamente pude
darme cuenta de que Pennac realmente cuando escribió este fragmento no se
refería exclusivamente al tema del respeto sino que deja en duda si la
actuación que tuvo alejándose de Maximilien y no ayudándole con su trabajo sobre su obra fue
correcta o no. Pennac, como ya he comentado anteriormente, a lo largo de todo
el libro en los diferentes temas que trata no da ninguna instrucción de lo que es
correcto ni de cómo se debe actuar frente a estas situaciones, pero sí que
invita a la reflexión. Y de este capítulo he podido extraer mis propias
conclusiones: el profesor no debe abandonar la tarea de educar, su labor es
hacer ver a los alumnos que están actuando incorrectamente, tratar de cambiar
la actitud de estos y hacerles entender que él está ahí a su entera
disposición. Además, también he podido aprender que el maestro debe serlo tanto
dentro como fuera del aula.
Adjunto una página web donde aparece un interesante
artículo publicado en el diario El País que trata sobre Pennac y especialmente
sobre Mal de Escuela, que nos puede servir para complementar los conocimientos
extraídos de la lectura. Espero que os guste.
Estoy completamente de acuerdo con tu reflexión. Como ya se dijo en clase, el profesor es profesor dentro y fuera de un aula, igual que un policía o un bombero lo son fuera de su horario de trabajo. Muy bueno el artículo, el cual desconocía. Pennac siempre deja reflexiones interesantes como la que dice ''No hay nada más emocionante que ver como un chaval descubre que la memoria no es cuestión de acumulación''. Tengo amigos que no han llegado a sacar con éxitos sus estudios porque no han sido capaces de descubrir esto. ¡Muy buen trabajo Sergio!
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