A continuación se reflejarán las características del sistema educativo finlandés, no comentadas en la entrada anterior.
Otra peculiaridad del sistema educativo finlandés es que hasta los 7 años los niños no tienen la obligación de escolarizarse lo que implica que el niño sea educado por sus padres y minimice esta compleja tarea al profesorado que puede, entonces, centrarse en enseñar conocimientos a los alumnos, algo que no ocurre en todos los países. Antes de los 7 años, pueden asistir al jardín de niños (e 1 a 6 años) y después a la educación preescolar (de 6 a 7 años) donde se pretende sobre todo despertar las aptitudes de los niños, sus habilidades y su curiosidad. Cada día es dedicado a una disciplina (música, deporte, actividades manuales o artísticas, lengua materna, matemáticas) pero los niños trabajan solamente durante la mañana, siempre de manera muy atractiva. La tarde es reservada al juego.
Otra peculiaridad del sistema educativo finlandés es que hasta los 7 años los niños no tienen la obligación de escolarizarse lo que implica que el niño sea educado por sus padres y minimice esta compleja tarea al profesorado que puede, entonces, centrarse en enseñar conocimientos a los alumnos, algo que no ocurre en todos los países. Antes de los 7 años, pueden asistir al jardín de niños (e 1 a 6 años) y después a la educación preescolar (de 6 a 7 años) donde se pretende sobre todo despertar las aptitudes de los niños, sus habilidades y su curiosidad. Cada día es dedicado a una disciplina (música, deporte, actividades manuales o artísticas, lengua materna, matemáticas) pero los niños trabajan solamente durante la mañana, siempre de manera muy atractiva. La tarde es reservada al juego.
Otra característica es que la repetición de curso está, en principio, proscrita
por la ley; pero en este caso debe ser siempre aceptada por el alumno y por la
familia. En cambio, se organizan sistemáticamente grupos de apoyo para los
alumnos que muestran tener dificultades en una u otra materia, tratando de
evitar que el niño repita curso. Además, se envía a la clase un auxiliar para
apoyarlos.
Además entre clase y clase los alumnos disponen de períodos de descanso de
15 minutos durante los cuales los alumnos pueden caminar libres por los
pasillos, hablar tranquilamente en las salas de descanso, jugar o utilizar los ordenadores
puestos a su disposición.
Otra peculiaridad del sistema finlandés es que tiene un fabuloso sistema de
detención precoz de las desventajas y desordenes del aprendizaje que puedan
sufrir los alumnos. Este sistema de detención consiste en la realización
constantemente de diferentes pruebas que permitan a los profesores clasificar a
los niños en diferentes grupos con el fin de subsanar las necesidades y los
problemas a los que están inmersos. También se centra especial atención en los
alumnos que no saben finés, dándoles la oportunidad de contar con un asistente
bilingüe que les ayude en su integración.
Además, en este país, durante los primeros años de la escuela obligatoria,
el número de alumnos por clase no sobrepasa los 25. El hecho de que sean tan
pocos los alumnos por aula y por centro, hace que cada alumno tenga la
oportunidad, cuando lo necesite, de ser atendido por un consejero. Aunque el
alumno no lo necesite, debe visitar a su consejero al menos dos veces al año.
Por otro lado, comentar que en las aulas reina una atmósfera de sana
cooperación donde cada uno está en su lugar y tiene un papel en la construcción
colectiva del conocimiento. Finlandia quiere que los alumnos se introduzcan al conocimiento con entusiasmo y eso sólo es
posible si llegan a ser, plenamente, protagonistas de su aprendizaje. "El
profesor no está allí para hacerlo todo”.
Otra de las características del sistema educativo finlandés es la gran
libertad de elección dejada a los alumnos para organizar sus estudios. Esta
libertad aumenta progresivamente según la edad del alumno. A los niños se les
da la oportunidad de elegir otra lengua (ruso, alemán, español…) y también se
les ofrecen diferentes materias entre las que deberán elegir varias.
Otro rasgo en el que se diferencia mucho del resto de países es la forma de
evaluar a sus alumnos. Hasta los 9 años los alumnos no son evaluados con notas.
A esa edad los alumnos son evaluados por primera vez, pero sin emplear cifras. Así,
la adquisición de los saberes fundamentales puede hacerse sin la tensión de las
notas y controles y sin señalar a los alumnos más lentos. Por supuesto, todo
esto no excluye informar a las familias regularmente sobre los progresos de sus
niños. Gracias a todo esto la evaluación del los alumnos pierde su carácter
competitivo y angustiante y puede convertirse en un medio que los estimula y
motiva para ubicarse en una gradiente de progreso adaptada a su ritmo.
Por otro lado, como ya comente en la primera entrada sobre este tema,
Finlandia otorga a la educación una gran importancia formando a expertos en
esta materia. La nota de corte para acceder a la carrera de magisterio ronda el
9 sobre 10, asegurándose así de que los que cursan esa carrera es porque
realmente les gusta esa carrera y serán grandes profesionales. Lo que más me
llamo la atención es que los profesores son pagados directamente por los
establecimientos, cuyos presupuestos, solventados por las municipalidades,
incluyen los salarios de los docentes. Curiosamente, los profesores finlandeses
no son mejor pagados que la mayor parte de sus compañeros de la comunidad
europea. Los profesores consideran igualmente como parte de su trabajo la
relación con la familia fuera del horario escolar: no es raro que un profesor
visite el domicilio de sus alumnos para tomar nota de sus condiciones de vida. Los
profesores muestran un grado impresionante de satisfacción respecto de su
trabajo. No son profesores amargados, decepcionados, desengañados; por el
contrario, son profesores felices, orgullosos de su sistema educativo, al que
consideran con toda justicia como particularmente bien organizado; todo lo
contrario a lo que está ocurriendo actualmente en nuestro país.
Por último, me gustaría comentar que la revolución del
sistema educativo que ha sufrido Finlandia a lo largo de estos últimos 30 años se
ha producido de una manera progresiva y gradual, pero siempre siguiendo una
línea de actuación coherente y consensuada por expertos. Asimismo, el
impresionante éxito de la educación finlandesa no es, en consecuencia, debido
solamente a la proeza de una sabia construcción tecnocrática: ella está ligada
a una lengua, a una cultura, a un pueblo que ha hecho del desarrollo de la persona
humana, en todos sus componentes, la finalidad fundamental de la educación.
Sergio no me ha parecido interesante, sino superinteresante, sabía que en Finlandia la educación era muy diferente respecto a España, pero has aportado mucha información, tanto en esta entrada como en la anterior, con la que me he hecho una idea mucho mayor de cómo funcionan las cosas en términos de educación en este país tan lejano.
ResponderEliminarLo que más me ha fascinado es la nota de corte que tiene magisterio (9 sobre 10), y creo que en España debería ser igual, creo firmemente que esta carrera debería abarcar más años y ser una de las más exigentes, ya que es bajo mi punto de vista es la profesión más importante dentro de una sociedad, y los profesores deben salir de la misma muy bien formados.
Muchas gracias Hugo. Me alegra saber que mi proyecto os haya aportado cosas.
ResponderEliminarAdemas de todo lo añadido por Hugo.... queda claro que en cuanto a educación todavía nos queda mucho por aprender. Esas cosas que comentas, descansos de 15 minutos, profesores que visitan casa de alumnos, exámenes para clasificar, simplemente, me parecen que son muy buenas ideas. Esa forma de centrarse en los alumnos puede potenciar a los alumnos desde la base y su formación académica será mucho más próspera. Entrada muy productiva y sin duda espero que sirva de reflexión para todos los lectores de la comunidad, o mejor dicho, para los futuros docentes de la educación.
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